viernes, 26 de agosto de 2011

Día 15. Uno que haya amado hace años y del que hoy reniego

Ilusiones, de Richard Bach


No entraré en muchos detalles sobre esta parte oscura (por lo "luminosa" y optimista) de mi pasado literario. Diré solamente que alguien me regaló ese libro en un cumpleaños (los 11 ó los 12, según creo) y me pareció un texto muy bonito, muy esperanzador él. Llegó a gustarme tanto que pedí que me regalaran también El puente hacia el infinito, Ningún lugar está lejos y, por último Uno. Tengo la impresión de que este último me desencantó de un tajo, porque ya me pareció el colmo de la fantasía y porque nunca, nunca, logré que apareciera ni siquiera una mísera pluma ante mis ojos por más que la deseara intensamente. 


Seguí viviendo y me di cuenta de que querer es sólo una parte de poder, y que hacer es lo verdaderamente esencial. Para cuentos de cosas que aparecen de la nada, me quedo con Bruja, que alguna vez leí en voz alta por ahí:



2 comentarios:

  1. Caramba, no lo vi venir. Creo que acá en la costa, (la tierra que me adoptó a la fuerza y cada día me demuestra que no me quiere) hay una expresión para estos casos, va así, más o menos:

    ¡Pero cómo me vas a salir con esto!

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  2. Y bue... no podía ser perfecta, jajaja. Pero mire que me desencanté de un tajo, eso es meritorio.

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