lunes, 22 de agosto de 2011

Día 12. Una biografía

El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince


Este es otro de esos libros que no sé hasta qué punto cabe en la categoría que lo pongo, pero que se me impone. Si es cuestión de argumentar, no creo que haya mucho disenso en que ese libro narra la historia de una vida y una muerte -las de Héctor Abad Gómez- y, por ahí derecho, nos cuenta también la influencia de esa vida y esa muerte en la existencia de otra persona: su hijo, Héctor Abad Faciolince, con lo que tenemos una obra que es biográfica y autobiográfica al mismo tiempo.

Del hijo uno puede decir muchas cosas, y él mismo se describe en una de sus novelas (Angosta) como "el creído", reconociendo su inolcutable petulancia. Hay que admitir, sin embargo, que es un buen escritor, con algunos "descaches" (como los de tantos otros), pero con posiciones claras y una prosa sin demasiados ornamentos que se deja leer con fluidez.

El olvido que seremos, además de poseer estas cualidades, resulta profundamente conmovedor y uno llega a sentir como propio el dolor del asesinato de su padre. En todas las páginas que preceden a ese fatal acontecimiento -conocido de antemano-, se ha trazado una imagen tan humana y tan definida de Héctor Abad Gómez que se vuelve un señor que uno conoce, y admira, y hasta quiere. El relato de su muerte no tiene nada de lastimero e incluso la rabia (tan presente en ciertos apartados) parece diluirse en esos momentos de perplejidad que rodean el instante de enterarse, para retornar con toda su fuerza cuando se confirma que es verdad que esa fue otra vida arrancada a tiros, otra vida que sabía que iba a apagarse más temprano que tarde porque las amenazas estaban ahí pero él no iba a dejar de ser lo que era.

De personas como esta he aprendido que la dignidad es un valor más supremo que la vida, que a veces es mejor morir que vivir de cualquier manera.


3 comentarios:

  1. Duro. La verdad sea dicha (así se llama la autobiografía de Germán Espinosa, je je) no le tengo fe a HA Faciolince, pero varias personas me han señalado lo bonito de este libro. Sin embargo también me referenciaron como bueno Angosta, y lo estoy terminando solo porque no me gusta dejar un libro terminado, porque no me ha gustado ni cinco, pero ya lo reseñaré en el día correspondiente.

    De esta entrada debo aplaudir nuevamente la manera sutíl en que usted encadena una crítica y una reseña acerca del libro. Muy pulcra, muy ecuánime.

    Déjeme felicitarla otra vez. Hasta me dan ganas de rendirme a la curiosidad y leerlo. De eso se trata ¿no?

    ResponderEliminar
  2. Creo que esa es justamente la idea, dejarse permear por las impresiones de otros acerca de los libros y animarse a hacer nuevas lecturas... A veces uno se vuelve muy recurrente con lo que lee, al menos a mí me pasa.

    Gracias por sus elogiosas palabras, es bonito que a uno le digan esas cosas sobre lo que escribe, sobre todo cuando escribir es una parte tan importante de la vida, como me pasa a mí.

    ResponderEliminar