viernes, 16 de septiembre de 2011

Día 30. Uno que pueda salvar vidas.

Ninguno... y cualquiera

A excepción de los libros de primeros auxilios, no se me ocurre ninguno que, de por sí, tenga la capacidad de salvar vidas. Incluso dudo de lo que pueda hacerse con un libro de esos en caso de emergencia, pues seguramente uno estará tan asustado que no podrá descifrar las gráficas o siquiera sostenerlo.

Sin embargo, creo también que cualquier libro puede salvar la vida de alguien, pues hay encuentros literarios que desatan transformaciones muy profundas, bien porque dan palabras para expresar lo que uno no sabía decir, o porque muestran otra perspectiva de situaciones por las que se pasa y cambian de ese modo todo el panorama, aun sin proponérselo. 

  

2 comentarios:

  1. Pues estamos como de acuerdo, creo que yo había puesto algo similar, no sé si lo alcanzó a leer, pero hablaba del placer de leer y bla, bla, bla.

    De todos modos la felicito, porque muchas veces prometió dejar abandonado el reto y no lo hizo. Se disfruo mucho, gracias totales.

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  2. Sus últimas entradas no alcancé a leerlas por lo abrupto del cierre de su blog... En cuanto al reto, nunca "prometí" abandonarlo, sólo dije varias veces que iba a aplazarlo porque tenía cosas urgentes de la maestría por terminar y no me alcanzaba el tiempo para actualizarlo.

    Gracias a usted y a su amigo por haber propuesto el reto; me gustó mucho hacerlo y me sirvió para rescatar del olvido varias cosas que me sorprendieron.

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